La CGT excluyó a Pablo Moyano de una cumbre con el Presidente y acordaron llamar a bajar la conflictividad
Alberto Fernández recibió anoche en Olivos a la cúpula cegetista y hubo cuestionamientos a la toma de fábricas de neumáticos y al ataque de militantes camioneros al dueño de una empresa de logística
De manera deliberada, la cúpula de la CGT excluyó ayer a Pablo Moyano de un encuentro con Alberto Fernández, que se dio en uno de los quinchos de la quinta de Olivos y duró hasta casi la medianoche. La conversación entre el Presidente y los sindicalistas estuvo guiada por la escalada de conflictos sectoriales, aunque se profundizó, sobre todo, en dos de ellos: la toma por parte del gremio de las plantas de neumáticos y la agresión de un grupo de activistas de Camioneros que irrumpió a los golpes en una empresa de logística.
Tras la reunión con el Presidente, se debate hoy internamente en la CGT enviar un mensaje público cuyo eje sería agotar toda instancia de diálogo antes de activar un conflicto. El sector mayoritario de la central obrera entiende que por la inflación las negociaciones paritarias se están reabriendo de manera masiva, incluso antes de lo previsto en sus claúsulas de revisión. Los gremios cuentan como aliado al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, que anoche en Olivos les reforzó a los dirigentes su compromiso por habilitar las conversaciones salariales cuantas veces hiciera falta.
“La concertación y el diálogo es lo necesario para salir de este momento, y quien debe convocarlo es el Presidente. Alberto debe liderar esa convocatoria en el tiempo de mandato que le queda”, dijo a LA NACION uno de los siete dirigentes sindicales que estuvo anoche en Olivos. Asistieron Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio), los compañeros de Moyano en el triunvirato de mando; el sector autodenominado “independiente”, integrado por Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (AySA); Armando Cavalieri (Comercio), y Jorge Sola (Seguro). Ellos entienden desde años el sistema capitalista y promueven más el diálogo que el combate.
“Fue una charla de amigos, sin agenda”, graficó uno de los comensales sindicales, quien además aseguró que se tocó de manera secundaria la posibilidad, “muy latente”, de que el Gobierno habilite por decreto a fin de año un bono no remunerativo por única vez para evitar una mayor caída del poder de los salarios. El refuerzo salarial no debería alterar el normal curso de las paritarias sectoriales, pidieron los sindicalistas. Este es un punto en el que chocan posturas en la CGT: el moyanismo y los gremios más identificados con el kirchnerismo presionan desde hace meses por una suma fija, mientras que el sector más dialoguista apuesta por el marco paritario y un refuerzo a fin de año.
La exclusión de Pablo Moyano de la reunión de anoche avivó especulaciones sobre una posible ruptura en la central obrera. “No fue invitado, él se mueve con agenda propia. Ayer hizo un acto en homenaje a Rucci en la CGT y no avisó. Tampoco lo hizo cuando fue a ver a Cristina [Kirchner]”, justificó uno de los dirigentes que gestionó el encuentro con el Presidente.
Puede tensar aún más la interna cegetista si es que se resuelve un comunicado conjunto para repudiar el ataque de militantes del Sindicato de Camioneros al dueño de una empresa de logística. También si es que la CGT expresa una postura orgánica sobre el conflicto del neumático. A diferencia del resto de sus colegas cegetistas, el dirigente camionero respaldó a Alejandro Crespo en su cruzada contra las tres fábricas del rubro. El Sindicato del Neumático (Sutna) presentó por carta su pedido para ingresar a la CGT, pero nunca fue tratado. Crespo tendió puentes con Moyano, pero así y y todo su pedido no prosperaría ya que que el sector mayoritario, que integran “los Gordos” e “independientes”, rechazan su incorporación. Lo repitieron anoche delante de Alberto Fernández y Moroni mientras comían asado y degustaban ensaladas varias.