La lechería atraviesa una crisis de rentabilidad e implora por previsibilidad para poder encauzar el negocio

Según especialistas la actividad trabaja con “falta de rentabilidad”, producto de que los precios pagados al productor se ubican por debajo del aumento de la inflación, en conjunto con una disparada de los precios. Piden un plan a mediano y largo plazo para poder crecer en el negocio

La lechería atraviesa una crisis de rentabilidad e implora por previsibilidad para poder encauzar el negocio
El problema de la lechería es actualmente "el más urgente", dijo Buryaile
El problema de la lechería es actualmente "el más urgente", dijo Buryaile

La lechería es una de las actividades agropecuarias más tradicionales y arraigadas en el campo argentino y también una parte muy importante de su economía y entramado productivo. No obstante su impronta, también es uno de los rubros que en las últimas décadas viene mostrando inestabilidad y crisis de rentabilidad recurrentes, llegando inclusive a atravesar períodos largos de quebranto. Lamentablemente, hoy el rubro vive un duro presente, donde el precio pagado al productor subió muy por debajo de la inflación, mientras que los costos se dispararon.

Así lo aseguraron los coordinadores de la Comisión de Lácteos de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Carlos Fuchs Facht y Raúl Cata. Para los especialistas, “el sector está muy complicado. En la cadena, somos el eslabón de menor rentabilidad”, lo que justamente queda visualizado en la ausencia de la principal raza productora de leche en la Exposición Rural de Palermo, como lo es la Holando Argentino, por los efectos de que los productores no pueden asumir los costos que conlleva su participación en la feria.

Según Fuchs Facht, hace ya varios meses que la lechería es un “negocio negativo, agravado por cuestiones climáticas, y que hace mucho tiempo viene con falta de rentabilidad”. En este sentido, entiende que “el problema es el costo laboral que tenemos, por una lado, y el precio (pagado al productor) que no se acomoda y convalida la inflación, por lo que mes a mes vamos perdiendo contra ésta” quedando complicada “la reposición de insumo comunes, como cubiertas o un mixer, que se han escapado en valor respecto a nuestra producción”.

Según destacó Fuchs Facht, hoy existe un desfasaje entre el precio pagado al productor por la leche y la inflación en torno al 20% todos los meses y el mismo se explica porque la cadena láctea fue el sector que “más control ha habido con los Precios Cuidados. Entonces la industria se agarra de eso repercutiendo en el productor, ya que no derrama ningún tipo de ganancia sobre el precio de la leche. También se escuda en los derechos de exportación y en el tipo de cambio, que es una cuestión real, pero es el productor el que sufre la falta de rentabilidad”.

Además, planteó que este desfasaje se ve seriamente impactado por la suba de los costos, que “se mueven de otra manera” a lo que se suma, a modo de agravante, la falta o la dificultad para hacerse con insumos, que “si uno los puede conseguir, ya se está hablando de su valor a dólar MEP (dólar bursátil), no a dólar oficial”.

Aseguran que el sector lácteo es donde más control ha habido con los Precios Cuidados. (REUTERS/Mariana Nedelcu)
Aseguran que el sector lácteo es donde más control ha habido con los Precios Cuidados. (REUTERS/Mariana Nedelcu) (Mariana Nedelcu/)

En este sentido, Cata agregó que los insumos principales que consume una explotación lechera, como lo son la soja y el maíz para la alimentación de los animales, como así también los alquileres de los campos “no están en dólares, pero sí dolarizados”. En este sentido, planteó que los costos que debe pagar un tambo están “correlacionados con la agricultura. Desde el año pasado no hubo correlato entre la suba en los valores agrícolas (granos) con el precio de la leche al productor, y ese desfase fue tal que en el último semestre el precio pagado al productor solo creció 7%”.

Previsibilidad

Para evitar sortear la mayor cantidad de veces estos problemas de rentabilidad y quebranto en la actividad, los especialistas coinciden que es vital dotar de previsibilidad al sector, sobre todo si se tiene en cuenta que, como sucede en la ganadería, son inversiones a largo plazo, porque desde el momento en que nace un animal hasta que empieza a dar leche, pasan más de tres años.

Según Cata, la falta de políticas adecuadas para el sector, llevó a que se perdieran casi 20.000 tambos desde la década del ‘90 a la actualidad, al pasar la cantidad de establecimiento de 30.000 a 11.000. Asimismo, Argentina, a diferencia de la región, tiene un muy marcado estancamiento en volumen, ya que en los últimos 25 años la producción de leche se movió entre los 11.000 y 12.000 millones de litros,

Es por eso que Cata consideró que “lo primero que tiene que hacer una política hacia el sector es no generar daños”. Así, puntualizó que “hay dos puntos en la historia donde se complicó mucho la actividad: en 2001/02, cuando cambiaron los precios de la agricultura y no de la leche, produciendo una liquidación de parte importante de los rodeos para sobrevivir o migrar tierras a la agricultura”.

Lo mismo pasó con la transición del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner al de Mauricio Macri, donde señaló que se vivieron 17 meses de quebranto. Pero Cata advirtió que “hoy estamos en la puerta de que ocurra algo exactamente igual, por lo que la primera red de contención es quitar precios máximos y que las industrias evolucionan en el precio y que lo transfieran a la producción. Además, tenemos que lograr transparencia en el mercado y ayudar a las personas a que haya que ayudar para que puedan adquirir lácteos”.

En la misma línea opinó Fuchs Facht, quien consideró primordial contar con previsibilidad, ya que “sin eso no podemos hacer nada, comprar un insumo, pensar en crecer o producir” y bregó por un plan para el sector que provenga de la interacción público-privada. “Soy un convencido del trabajo público-privado. Si no hay un plan a mediano y largo plazo para la lechería trazado entre la producción y el gobierno, no va a funcionar nunca, porque el Gobierno tiene su concepción y sus números y la producción tiene otros. Si no nos ponemos de acuerdo nunca vamos a poder crecer y siempre va a haber una tensión entre lo público y lo privado”.