Jorge Fernández Díaz con María Laura Santillán: “Milei hace cosas que no le perdonaríamos a Cristina Kirchner”

Dice que sus prácticas son una especie de kirchnerismo de derecha, que viola la independencia de poderes y que los que nos gobiernan son una secta dentro de otras sectas según los manifiestos libertarios de los últimos 100 años. Dejó todo para escribir: fama, rating y plata. El escritor que vivió en un mundo de mujeres hoy presenta su novela “Cora”

Jorge Fernández Díaz con María Laura Santillán: “Milei hace cosas que no le perdonaríamos a Cristina Kirchner”

Tengo el privilegio de conocer a Jorge Fernández Díaz como periodista y como escritor. Es un hombre profundamente interesado y comprometido con la realidad de la Argentina, sus programas de radio en Mitre lideraron y lideran la audiencia, y sus columnas en el diario La Nación son imprescindibles. Pero también desde hace muchos años, trata desesperadamente de encontrar momentos para escribir ficción, para salirse de los límites del género periodístico. En distintos encuentros con Jorge a lo largo de los años, su necesidad de escribir estuvo siempre por encima de todo lo demás. Como periodista empezó muy joven, cubriendo casos policiales y llegó a dirigir diarios muy importantes y revistas de actualidad. Como escritor es prolífico: escribió novelas, crónicas, cuentos, un libro de investigación periodística, ensayos y hasta una antología de terror. ‘Mamá’, ‘El puñal’, ‘La herida’, ‘La logia de Cádiz’, ‘Alguien quiere ver muerto a Emilio Malbrán’, ‘Te amaré locamente’, son algunas de sus novelas. Por estas horas está presentando su flamante novela ‘Cora’.

– Muchas gracias por presentarme así, me define absolutamente. Desde los 13 años quiero ser escritor. Me metí en el periodismo porque era una gran bohemia en aquel entonces, nadie podía ser famoso ni tener guita en el periodismo. Después estuve muchos años en las redacciones y en la radio, pero escribir era la vocación central. Todavía lo sigo sintiendo, soy capaz de dejar cualquier cosa para escribir. Mucho tiempo fui gerente de periodístico, editor periodístico, porque había que parar la olla.

““FUI CAPAZ DE DEJAR DE HACER CUALQUIER COSA POR ESCRIBIR”

– Fuiste jefe en varias redacciones.

– Pero era para parar la olla, sí, siempre quise ser escritor. Acabo de sacar la novela número diez, es el libro número 15 o 16. Ahí está siempre el trabajo y lo que yo anhelo, que la literatura y el periodismo estén muy cerca. Hacer literatura en el periodismo y periodismo en la literatura sin romper los contratos de lectura. El periodismo también puede ser una obra de arte. Este costado periodismo tiene que ver con lo que vos acabás de definir, ser esencialmente un escritor.

– Había que mantener a la familia y pagar las cuentas. Siempre esperando trabajar menos para poder escribir.

–Y escribiendo en las vacaciones, y escribiendo en los tiempos muertos de las redacciones y escribiendo contra la realidad. Pero también el periodismo fue un fuego, una especie de segunda vocación volcánica. El mundo del periodismo sigue siendo una especie de familia mía en la que me siento muy cómodo. También me siento cómodo en la Academia de Letras porque se habla de cosas en las que estuve interesado toda la vida. Pero vengo de las redacciones, durante tres décadas vi pasar la historia argentina y la historia del periodismo.

"Siempre quise ser escritor. Acabo de sacar la novela número diez, es el libro número 15 o 16", dijo Jorge Fernández Díaz (Fotos Gustavo Gavotti)

– Seguís en contacto con la realidad, con la columna del domingo en La Nación y con ‘Pensándolo bien’, los sábados.

– Durante diez años tuvimos la suerte inmensa de ser líderes de audiencia a la noche. Pero yo no doy más, no daba más. Estudiar, leer y escribir cada vez me lleva más tiempo. El periodismo actual es muy veloz, hacen radio, hacen tele, pero ¿Cuándo pueden leer? ¿Cuándo pueden parar la bocha?

““NO TENGO AMBICIÓN DE TENER RATING NI PASIÓN POR LA GUITA. LA GUITA, COMO DECÍA HEMINGWAY, ES PARA COMPRAR LIBERTAD”

– Tu periodismo, además, es reflexivo.

– Hoy necesito mucho más leer, escribir y el silencio de lo que necesitaba antes. Para eso hay que salirse de la rueda. Acabo de leer un libro enorme con todos los manifiestos libertarios a lo largo de 100 años, todas las discusiones que hubo para tratar de entender a los paleo libertarios, que son los que nos gobiernan, que son una secta dentro de otras sectas a lo largo de la historia. Ahora tengo 63 años, fui acomodándome. Tampoco tengo una gran ambición de estar siempre en la palestra, ni de tener rating, incluso no tengo una gran pasión por la guita. La guita, como decía Hemingway, es para comprar libertad.

“LEÍ LOS MANIFIESTOS LIBERTARIOS A LO LARGO DE 100 AÑOS PARA ENTENDER A LOS PALEO LIBERTARIOS QUE NOS GOBIERNAN, UNA SECTA DENTRO DE OTRAS SECTAS”

– Para los que estamos en los medios, es difícil bajarse, son adictivos. Y vos estás en la radio más escuchada.

–El periodista dice: ¿cuándo va a terminar esto? Esto tiene un principio y un fin, es cierto.

– ¿El miedo es que se termine el momento?

– Que se termine el momento. Yo ya no lo siento porque estoy jugando otro juego, estoy sacando libros. Cada libro es un piletazo, porque es una apuesta nueva. Te puede ir mal, te puede ir bien, eso es apasionante. Esta es la primera nota que damos por Cora. ¿Sabés que siento cuando empieza una campaña así? Que me tiro de un edificio al otro, siento un vacío tremendo. ¿Les va a gustar a los lectores? ¿Lo van a entender o no? Tengo la suerte de haber tenido grandes éxitos, pero también fracasos. No se puede tener éxito sin haber tenido fracasos, me parece.

"Cada libro es un piletazo, porque es una apuesta nueva", aseguró Jorge Fernández Díaz

– ¿Novela es lo que más te gusta escribir?

– La novela siguió siendo un refugio de la vida, un refugio de las pantallas, un refugio de la realidad pura y dura y cruda. Este libro no tiene nada que ver con la política, no tiene nada que ver con la actualidad. Es esa clase de libros que yo de vez en cuando necesito para refugiarme. Necesito no solo escribir, sino leer para refugiarme del presente duro, de lo que pasó, de lo que dijo Milei esta tarde, de lo que dijo a la tarde Cristina Kirchner, de lo que pasó en el mundo. Un lugar donde vivir, un mundo paralelo, pensando otra cosa, jugando. Creo que seguimos siendo niños, que necesitamos jugar. Este libro no tiene ningún link con la actualidad como los libros de Remil que sí tenían, eran como el lado B de la política. Este es un libro sobre los engaños amorosos, sobre el amor, sobre los vínculos, sobre las mujeres.

–Es un tema recurrente en vos.

– Tomás Eloy Martínez, que fue uno de mis mentores, antes de morir me llamó a su departamento, tenía un tumor cerebral que le iba cerrando todas las partes del cuerpo, fue muy doloroso verlo así. Me hizo un regalo y me dio el último consejo: tenés una gran intuición sobre el tema de los sentimientos, las emociones y la naturaleza femenina, tenés que seguir por ese lado. Tenía que ver con ese viaje al corazón de una mujer que había sido ‘Mamá’, que fue una experiencia profunda, y con una investigación que hice sobre amores comunes y corrientes que se llamó ‘Corazones desatados’, donde tomaba nota de las vidas privadas, las contaba como relatos de ficción, pero tenían un fondo de realidad. Después lo practiqué en ‘Te amaré locamente’ y otros tipo de experiencias. Cuando fui a trabajar como columnista en el programa Lanata sin filtro, Lanata vio que yo opinaba sobre estos temas.

“SIEMPRE ME PARECIÓ TAN SOSO SER UNA SOLA COSA, UNA SOLA PERSONA. ME GUSTA SER VARIAS”

– Pasaste a ser un personaje.

– Claro, me empezó a crear paródicamente, la obra del doctor Amor. Empezamos como una joda, hacíamos una hora por día una tertulia sobre cuestiones amorosas. Varios colegas nuestros queriéndome bien, me dijeron: no hagas esto, vas a arruinar tu carrera, vos escribís de política. Pero siempre me pareció tan soso ser una sola cosa, una sola persona. Me gusta ser varias en una, no de manera disociada, sino asociada. Le planteé a la radio que quería hacer otra clase de programa, pero de vez en cuando iba a la Feria del Libro, se me acercaban lectoras y me decían: está bien, esto me encanta, pero ¿cuándo va a volver?

"Varios colegas nuestros queriéndome bien, me dijeron: no hagas esto, vas a arruinar tu carrera, vos escribís de política. Pero siempre me pareció tan soso ser una sola cosa, una sola persona", contó Jorge Fernández Díaz

– Cuando va a hablar de amor… Ahora vuelve.

– Por un lado inesperado. En mis primeros años de cronista policial, cuando quería ser detective del periodismo, conocí muchos detectives y con Remil, se me acercaron muchos detectives. No lo sabe nadie, pero tengo una tertulia de detectives, de esos detectives que se dedican a las infidelidades. Y pensé, ¿cómo sería una mujer detective? ¿Haría como los hombres detectives tratan de mantener una fría distancia para hacer su trabajo? Nadie se dedica exclusivamente a las infidelidades, se dedican a robos, a estafas, a búsquedas de personas, a otro tipo de cosas. Entonces pensé, ¿cómo sería una detective que se dedicara exclusivamente al tema de los sentimientos? Seguramente se tomaría en serio el tema del amor, se convertiría en una experta en vínculos. Y así es como de repente apareció Cora Bruno, la protagonista. Tiene una pequeña agencia que se dedica a la vida secreta, no a la vida privada, a la vida secreta de las personas.