La triste historia del frustrado camino de la seda en Cerrillos
El primer intento de producir seda comenzó en 1951 y el segundo 2006, pero ambos quedaron truncos.
En 2006, la escuela Benjamín Matienzo del paraje La Blanca, Cerrillos, tenía un proyecto algo retrasado referido a la sericicultura, es decir a la cría y desarrollo del gusano de seda, una actividad en la que ya se había incursionado entre los años 1951 y 1955. Así fue que en 2006, el referido proyecto fue propuesto para su concreción al agrónomo y profesor Héctor José Arias, quien acababa de incorporarse al cuerpo docente del establecimiento. A poco de aceptar, el profesor Arias se contactó con profesionales de Pro-Huerta del INTA Cerrillos para interesarlos en el plan y, como resultado de esas gestiones, al año siguiente llegaron a Cerrillos especialistas de Buenos Aires. Vinieron con la misión de capacitar docentes de todas las escuelas del departamento, especialmente con las que contasen en sus claustros con técnicos agrónomos. La capacitación estuvo a cargo de los profesionales Francisco Pescio del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y de Hugo Enciso del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial). De esta manera, la escuela de La Blanca, fue el único establecimiento que se interesó en desarrollar el proyecto del "Bombyx Mori" o gusano de seda.
La capacitación del profesor y agrónomo Arias continuó en el INTI (Buenos Aires) entre los años 2007 y 2008 hasta que en octubre de este último año recibió 2.000 huevos de "Bombyx Mori", larvas que nacieron a poco de su arribo a Salta. Fue entonces que comenzó a desarrollarse el proyecto institucional transversal que permitió a la escuela Benjamín Matienzo participar de la Feria de Ciencias y de esta forma imponer el plan a nivel local, zonal, provincial y nacional.
A consecuencia de estos primeros pasos, el establecimiento logró trascender a distintas partes del mundo como en Estados Unidos, Centro América y Unión Europea. Y paralelo a ello se comenzaron a organizar jornadas de capacitación e información nacional y latinoamericana, encuentros que se concretaron en el propio edificio escolar y en la sede de la Cámara del Tabaco, filial Cerrillos. Por su parte el agrónomo, docente e instructor Héctor Arias, participaba de charlas y conferencias sobre el proyecto en Misiones, Santiago del Estero, Jujuy, INTI (Bs. As) y Córdoba.
Con todo este bagaje de conocimientos, capacitación y experiencia logrados a lo largo de tres años, a partir de 2009 la escuela de La Blanca comenzó a desarrollar el proyecto de cría, producción, hilado, tejido y papel de seda. Esto le permitió fortalecer el aprendizaje desde todas las áreas y fue entonces que la provincia, a través del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, a cargo de la profesora Analía Berruezo, acompañó al establecimiento en el cierre de las XVII Jornadas Nacionales y la II de Edición Latinoamericana de Sericicultura. Estos importantes encuentros permitieron que en esas oportunidades se reunieran productores, empresarios y especialistas arribados de Ecuador, Cuba, Perú, del INTI y del INTA Cerrillos para intercambiar experiencias con docentes, alumnos y vecinos de Cerrillos.
En los grados
En 2011 el proyecto se institucionaliza desde jardín de infantes hasta séptimo grado y, entre 2012 y 2013, se obtuvieron varios reconocimientos por parte de la Feria de Ciencias.
A partir de 2015 los diferentes grados de la escuela Benjamín Matienzo, comenzaron a incursionar en la elaboración del producto final sin descuidar los aspectos pedagógicos de los distintos espacios curriculares. Y, como resultado de toda esta actividad y con el fin de interiorizarse de sus tareas prácticas y pedagógicas, en 2018 la institución recibió visitas de delegaciones de EEUU, Francia, Egipto y otros países del continente africano.
Frustración
Pero cuando este proyecto estaba en pleno ascenso, sorpresivamente se paralizó. Su responsable, el profesor Héctor José Arias se había acogido a la jubilación a fines de 2020 y, pese a que en su reemplazo se había designado una docente agrónoma, el proyecto se descontinuó, sumándose a ello la pérdida de la huerta escolar, el abandono de plantas frutales, herramientas y enceres. Y así fue que por segunda vez un proyecto de sericicultura o de cría del gusano de seda se frustraba en Cerrillos.
Salta Seda
Como decíamos, la crianza del gusano de seda o sericicultura en Cerrillos no es nueva. Ya en 1951 esta actividad asentó sus reales en nuestra provincia cuando llegaron a Salta los industriales italianos Gaetano y Enzo Donnini. Querían instalar una planta de hilado de seda natural como la que ya tenían en las sierras de Córdoba. Y a los fines de concretar el proyecto, acercaron una propuesta al gobierno de Carlos Xamena, quien de inmediato apoyó la iniciativa.
Así fue que a poco se constituyó la sociedad mixta "Salta Seda" con el fin de producir seda natural. De inmediato la firma se abocó a instalar una planta industrial para el hilado que un año después logró elaborar 5 kilogramos de hilo por día. El proyecto tenía por objeto abastecer al I.A.M.E. (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado) de Córdoba.
Como para la puesta en marcha del proyecto era necesario contar con materia prima, es decir con seda y además, personal idóneo, se constituyeron cooperativas de trabajo que se capacitaron en la crianza del gusano de seda. Con el apoyo de los gobernadores Xamena y Durand, más la estrecha colaboración de la orden franciscana e intendentes municipales, se logró constituir en la provincia cuatro cooperativas: Cerrillos, San Ramón de la Nueva Orán, Rosario de Lerma y Tartagal.
El camino hacia la frustración
En Cerrillos, el responsable de la cooperativa fue el expárroco franciscano Luis Zangrilli, en tanto que el resto de la mano de obra se conformó con jóvenes de la filial Cerrillos de la Acción Católica y con empleados municipales. A los trabajos de carpintería se sumaron Juan Barrios, carpintero de Agua y Energía, y Santo "Manquito" Cruz, ambos bajo la dirección técnica del padre Zangrilli, que también era carpintero. En cuanto al suministro de alimentos para las larvas, la Municipalidad de Cerrillos aportó personal de poda que a diario entregaba hojas de moras (Morus alba y Morus nigra) extraídas de las plantas de la vía pública del pueblo.
El primer espacio físico de "Salta Seda" en Cerrillos fue un galpón que alquiló la Municipalidad, donde antiguamente había funcionado un molino hidráulico para granos en la calle 20 de Febrero del barrio Pueblo Nuevo.
En 1954, Salta Seda se mudó a un predio de los faldeos del cerro San Miguel que la provincia había adquirido a don Juan Macaferri en 1950. En ese predio la empresa mixta levantó un galpón y plantó más de dos hectáreas de moreras. Paralelo a ello y con el fin de industrializar el producto, la firma había adquirido una máquina hiladora y devanadora fabricada en el país y de excelentes rendimientos. Era marca "Homero" de 120 usos y fue se instalada en la cárcel modelo de Villa Las Rosas. La producción inicial se destinó a la elaboración de hebras que fueron destinadas para prácticas de bordado y cosido en las escuelas de Manualidades de la provincia, pero cuando la producción se incrementó con el aporte de las cuatro cooperativas la empresa comenzó a cumplir con los compromisos contraídos con el IAME, es decir enviar a Córdoba la seda para la fabricación de tela de paracaídas, tanto para la aeronáutica militar como la civil.
En 1955 el proyecto de Salta Seda se frustró cuando el gobierno de la "Revolución Libertadora" disolvió la empresa, quedando en Cerrillos todo abandonado hasta que en 1957 un tornado terminó con sus instalaciones. Actualmente el predio pertenece a la Escuela Técnica "Pacto de los Cerrillos", en virtud del proyecto presentado por el suscripto, Ley N°4917/74.