Emulando a Menem en el 97 Ganamos en Perico Jujuy - Alberto considera que ganaron en la provincia

De antología es lo del ganar perdiendo y perder ganando y “con unos días más sumábamos otros puntitos y ganábamos”.

Emulando a Menem en el 97 Ganamos en Perico Jujuy - Alberto considera que ganaron en la provincia

“Ganamos en Perico”. Era 1997 y el peronismo había sufrido una durísima derrota en las elecciones legislativas. El entonces presidente Carlos Menem optó por disimularla destacando la victoria en esa pequeña comunidad de la provincia de Jujuy. La frase quedó consagrada en los anales del disparate argentino. Y se convirtió en un símbolo. La última semana Alberto Fernández tuvo su propio efecto Perico cuando después de la clara victoria opositora en las urnas lanzó a voz en cuello “Celebremos este triunfo como corresponde”. “Celebración” que se concretó el miércoles pasado en la marcha que, por las dudas, ya había convocado la CGT antes de los comicios.

El analista Paul O´Shea puso el término en blanco sobre negro: “El negacionismo es el rechazo a aceptar una realidad empíricamente verificable. Es en esencia un acto irracional que retiene la validación de una experiencia o evidencia histórica”. Algo de ese espíritu parece haber sobrevolado el país del domingo 14 en adelante, a partir de esa convocatoria del Presidente para abajo, con funcionarios y voceros de toda laya empeñados en negar la derrota electoral. Que fue clara: 42,18% de los votos para Juntos por el Cambio frente a 33,87% del Frente de Todos.

Unas cuantas de las frases escuchadas podrán pasar a integrar la antología del dislate vernáculo. Junto a unos cuantos conceptos, aún más preocupantes, reveladores de cómo entiende el rol de la política y el Estado el partido gobernante. Desde el galimatías verbal de Tolosa Paz hablando de ganar perdiendo y perder ganando, pasando por el “no es una derrota”, “elegir el triunfo” y la metáfora futbolera de Aníbal Fernández (“Cuando no se puede ganar no hay que perder” ) hasta el “Con un par de días más sumábamos otros puntitos y ganábamos las elecciones”, de Julio Pereyra en sintonía con los dichos del ministro Ferraresi; el “empate” en Provincia de la portavoz Gabriela Cerruti ,y el “resultado excepcional” y “Este es el camino, hay que profundizar”, de Axel Kicillof.

¿Qué es lo que habría que profundizar? ¿El plan “Platita” desnudado por el sinceramiento brutal de Daniel Gollan? ¿Regalar más heladeras, bicicletas u otros electrodomésticos a cambio de votos? ¿Entregar más de los $ 1.200 millones diarios en planes que otorga el Gobierno en vez de generar las condiciones para crear oportunidades de inversión y trabajo genuino? ¿Profundizar todo lo que ya se demostró que no funciona y termina provocando el efecto contrario al buscado, como los controles de precios? ¿Instrumentarlos además de un modo tan ridículo como el de congelar el precio del asado por un fin de semana largo: a propósito, formará esto parte del programa económico plurianual para presentarle al FMI? ¿Seguir haciendo la vista gorda a la inseguridad rampante, con silencios ominosos como el que acompañó el asesinato del kiosquero de Ramos Mejía que no mereció siquiera unas palabras de pésame del intendente local, Fernando Espinoza? Intendente que sin embargo, ante semejante crimen, sí fue capaz de decir: “Estamos por debajo del promedio de asesinatos por hechos de inseguridad”. Aunque haya ganado el domingo en La Matanza, claramente no entendió nada.

Superada la primera semana de festejos de la derrota, no quedará más remedio que ponerse a gobernar. Por lo pronto, en los últimos días, el Gobierno avanza en el Congreso con el aval a 116 Decretos de Necesidad y Urgencia que dictó el Ejecutivo en pandemia, y con la modificación de un artículo de la ley promovida por María Eugenia Vidal durante su gobernación que impedía la reelección de los intendentes más allá de dos mandatos, y que, con este cambio, permitiría que muchos de ellos volvieran a postularse en 2023.

En el discurso difundido el domingo pasado, Alberto Fernández dijo: “Una vez más escucho a los hombres y mujeres de mi Patria. Cada vez que el pueblo habla, la democracia nos hace más fuertes”. Premonitorio, el mensaje lo grabó antes de que se abrieran las urnas. De ahí en adelante se encargó de ir exactamente en la dirección contraria. Claro que, como escribía Philip Dick, “la realidad es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ella, sigue existiendo y no desaparece”.